Limpiando nuestras vidas
Versículo
bíblico: “…Así pues,
queridos hermanos estas son las promesas que tenemos. Por eso debemos
mantenernos limpios de todo lo que pueda mancharnos, tanto en el cuerpo como en
el espíritu; y en el temor de Dios debemos consagrarnos completamente a Él.”
2 Corintios
7: 1.
Una
historia para meditar: Dinorah
siempre fue una muchacha muy ordenada en su cuarto, pero con las múltiples
ocupaciones empezó a descuidar el orden en su vida, y ya su cuarto era un total
desastre, así como era su vida era su cuarto, pero Dinorah no le prestaba mucha
atención a esto, se fue acostumbrando a ver su cuarto sucio, de todas maneras
ella no tenía tiempo para arreglarlo, hasta que un día la cantidad de polvo y
los pequeños insectos que se sentían atraídos por los desperdicios que habían
en su habitación comenzaron a producir en ella una fuerte alergia, al punto de
caer enferma y tener que ir con el médico, éste le recomendó limpiar su
habitación, pues de lo contrario permanecer en un ambiente así la seguiría
enfermando.
Preguntas
y actividades para meditar:
1) ¿He
descuidado mi relación con Dios al punto de sentir que en mi vida hay un
desorden emocional?
2)
¿Con qué cosas he ido ensuciando la
habitación donde Dios y yo tenemos comunión (mi corazón)?
3)
¿He notado síntomas que algo no anda bien
en mi salud espiritual y emocional?, ¿cuáles son esos síntomas?
4)
Debo hacer una lista de esos insectos
que han ido entrando a mi vida debido al desorden que yo mismo (a) comencé y
tomar conciencia que debo desechar estas cosas.
5) Debo
hacer una lista de las medidas que debo tomar para limpiar, depurar y ordenar
con la ayuda de Dios lo que yo mismo (a) ocasioné con mi conducta o decisiones.
Promesa
de Dios para mi vida:
“pero si andamos en
luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. Si
decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no
está en nosotros. Si confesamos
nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad.” 1 Juan 1: 7 – 9.
Reflexión: “Si
te sientes pecador y débil tienes derecho especial a estar entre los brazos de
Jesús.” Tadeusz Dajczer.
Oración: Padre Celestial, admito
delante de tu presencia que poco a poco he ido ensuciando mi vida con cosas que
me han ido alejando más y más de ti, pero también sé que si me he encontrado
con esta lectura es porque Tú quieres ayudarme a poner todo en orden, eres el
médico que puede sanar mi corazón y ayudarme a meditar sobre lo que me ha hecho
hundir en el pecado y la raíz de lo que me llevó a ensuciar mi vida, te ruego
que en tu misericordia me restaures, me limpies y siembres en mi corazón un
amor que me lleve a pensar en tu sonrisa y no en ocasionarte lágrimas como hijo
(a) tuyo (a) que soy. En el nombre de Jesús, amén.
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