Ezequiel 36: 25 - 27
"Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que cumpláis cuidadosamente mis ordenanzas..."
Reflexión: Sólo Dios puede transformar nuestras vidas, a veces queremos hacer cambios por nuestros propios esfuerzos pero al cabo de un tiempo fracasamos y volvemos a tropezar con la misma "piedra", debemos darle la oportunidad a Cristo de hacer su obra en nuestros corazones, a veces el proceso es doloroso, porque él empieza por doblegar nuestro orgullo y a limpiar cosas de las cuales jamás habríamos pensado que debíamos desprendernos, pero será necesario para limpiar cada área de nuestras vidas y así oír con claridad la guianza de su Espíritu Santo en nuestras vidas.
0 comentarios:
Publicar un comentario