“Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como
las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.” Isaias
40:39 (NVI)
Águila
Encontré un video en Facebook que tenía estos 7 consejos y me pareció
muy interesante para compartirlos:
7 principios de liderazgo que puedes aprender de un águila.
1.
Las águilas vuelan solas y en alturas elevadas.
Mantente alejado de personas de mente estrecha, o que no te dejen progresar. Mantén
buenas compañías
2. Las
águilas tienen una visión precisa. Tener una visión y mantenerse enfocado
independientemente de los obstáculos, asegura el éxito.
3. Las
águilas no comen cosas muertas. Se alimentan solo de presas frescas. No confíes
en tus logros pasados, sigue buscando nuevas fronteras para conquistar.
4. Las
águilas aman las tormentas. Los realizadores no tienen miedo de los desafíos, sino
que los disfrutan y los utilizan de manera rentable.
5. Cuando
un águila femenina se encuentra con un águila macho, ella lo prueba para el
compromiso. Ya se trate de tu vida personal o profesional, uno debe poner a
prueba el compromiso de las personas destinadas a la asociación.
6. Las
águilas están en constante entrenamiento, para mejorar su capacidad de caza. Nunca
dejes de aprender y practicar, es la única forma de crecer y mejorar.
7.
Cuando un águila envejece, se hace daño a si
misma para obtener nuevas plumas. De vez en cuando necesitamos deshacernos de
viejos hábitos. Las cosas que nos cargan o no agregan valor a nuestra vida,
deben ser dejadas de lado.
Siempre me gustó este texto porque nos motiva a seguir adelante y a
superar las dificultades. No podemos esperar a que Dios haga todo el trabajo. Él
demanda de nosotros cierto compromiso para actuar.
Esto aplica a la vida personal, profesional y religiosa. A todos los
ámbitos de la vida, y Dios espera que mejores y progreses, que te esfuerces y
seas valiente, porque el éxito debe ser el sinónimo del cristiano. No debe haber
persona más exitoso o ganador que un Cristiano, porque estamos asociados al más ganador de toda la
humanidad. Cristo nos comparte su experiencia, su vocación de éxito, su
capacidad de superación y su victoria.
A veces nos arrastramos como gusanos perdedores, nos creemos que somos
los peores y que no valemos. Dejamos que se burlen de nosotros por ser
cristianos, sin valorar lo que realmente somos: Los hijos del Rey.
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