“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes
porque Jehová tu Dios estará contigo donde quiera que vayas”- Josué 1:9 (RVR)
Parte
Josué estaba frente a un enorme desafío. Tenía que cruzar un rio para
tomar posesión de la tierra prometida. Ya solo este hecho, estresaba a
cualquiera. Tenía que llevar adelante una conquista de un territorio lleno de
grandes ejércitos y ciudades amuralladas con un grupo de esclavos que no sabían
empuñar una espada. Hombre que habían caminado por el desierto durante cuarenta
años, pero que nunca se habían enfrentado a un enemigo en el campo de batalla.
Eran solo hijos de esclavos que habían huido de Egipto.
No tenían armamento, ni experiencia, ni poderío militar, ni alianzas estratégicas.
Humanamente hablando era un suicidio. Y para colmo de males, a Josué le tocó
tener que suceder al líder más grande de la historia. Moisés había muerto hacía
muy poco tiempo, y él había sido elegido por Dios para sucederlo. ¿Cómo hacer
para superar la comparación? Era imposible. En cada decisión que tomara, la
sombra de su antecesor iba a estar juzgando sus actos. La presión era
insostenible.
Con estos dos temas en la cabeza, atormentando al joven Josué, Dios le
hace este pedido. Esforzate y se valiente. Porque cuando Dios nos pide que hagamos algo, Él pone de su parte,
pero espera que nosotros hagamos nuestra parte. Primero le pide a Josué que se
esfuerce, que trabaje, que se capacite, que programe, que haga un plan, que
convoque al ejército, que se ponga las pilas, que deje de poner excusas y ponga
las manos a la obra. Es decir que muestre aptitud.
Luego le pide que sea valiente. Que cambie la actitud, que deje de
temer, que deje de dudar, que tenga confianza. Las empresas y los proyectos se
logran cuando podemos superar los miedos al fracaso y a la vergüenza y
avanzamos en búsqueda del objetivo. No es fácil, es más cómodo quedarse en el sillón
del living diciendo como deberían hacerse las cosas, que meterse en la cancha y
pelear el partido.
Pero sólo puede hacerse con valentía. ¿Cuáles son tus metas para este
año? ¿Qué desafíos tenes por delante? Dios te dice hoy, tienes que ser valiente.
Porque el secreto del éxito es que no vas a trabajar solo. Dios está contigo, como
un poderoso gigante, y te ayuda, te sostiene, te anima, te cuida, te bendice y
te conforta en todo momento.
No te manda solo a la batalla, Él va contigo. Y por eso te dice,
esforzate y se valiente, vas con el mejor aliado en todo emprendimiento:
Jesucristo.
Dios hace su parte, tu debes hacer la tuya.
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