“Las hormigas, pueblo no fuerte,
y el verano prepara su comida”
Proverbios 30:25 (RVR)
El ejemplo de las hormiguitas
Hay algunas cosas que asombraban al sabio y que nosotros por estar
viviendo en la ciudad no percibimos. Demasiada jungla de cemento como para ver
algunas sutilezas de la naturaleza y su enseñanza espiritual.
De niña me encantaba mirarlas por largo rato, trabajar juntas, me parecía lindo que cuando se enontraban unas con otras se daban un especie de saludo y seguían en búsqueda del alimento, siempre juntas, siempe en equipo, ninguna mejor que la otra, todas ejerciendo su labor.
Lo primero que podemos detallar son las hormigas, un pueblo que no es fuerte,
que puedes pisar sin darte cuenta, pero que es asombroso. Viven en comunidades
enormes, y al pisar su hormiguero saldrán todas corriendo por todos lados
para salvar su vida. Pero una vez que se fue el peligro, todas vuelven a
reconstruir su hogar y a dejarlo preparado para el invierno.
Cada día del verano, ellas salen en fila a buscar alimento y cargan
sobre sus espaldas un peso 10 veces más pesado que sus propios cuerpos. Llevan
el alimento al almacén de su hormiguero y vuelven a salir, para retomar el
mismo camino de ida y de vuelta una y otra vez. Cientos de hormigas en fila
caminando de un lado a otro, para almacenar suficiente comida para pasar el
invierno.
Ninguna se queja de la pesada carga, ni del trabajo rutinario, ni de lo
aburrido que es el trabajo. Cada una hace su parte para estar preparados para
cuando la comida afuera este escaseando y puedan tener suficiente en su cómodo
hormiguero para pasar el crudo invierno.
Las hormigas nos enseñan a estar preparados. A no ser improvisados, a
planificar para el futuro y ser cuidadosos con lo que puede suceder. Es cierto
que no tenemos el futuro asegurado y siempre puede haber contingencias. Pero,
Dios nos llama a estar listos y atentos para enfrentar el futuro de una manera
segura.
¿Cómo hacemos para estar preparados para el futuro? Es un trabajo duro,
pesado y rutinario. Pero que tiene enormes beneficios y bendiciones. Dios nos
manda a que leamos la Biblia todos los días. Cada día. En verano y en invierno.
Que tengamos en nuestra mente y en nuestro corazón las enseñanzas de su
Palabra, porque ella nos prepara para poder superar cualquier dificultad que se
pueda presentar.
Frente a la tentación, el mismo Jesucristo utilizó la enseñanza de la
Palabra de Dios para superar la prueba, pero nosotros nos creemos demasiado
capaces como para refrescar sus enseñanzas cada día. Y por eso fracasamos.
Por fortuna siempre me he rodeado de gente muy sabia con la que puedo compartir enseñanzas que ya Dios nos ha dejado para beneficio de nuestras vidas, sólo debemos ejercitarnos y ser como las hormiguitas, trabajar, ser precavidos, respetarnos unos a otros no olvidando que nos necesitamos y que en la unión está la fuerza. Bendiciones.
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