Al llevar la vida en tu vientre experimentas un cambio en todos los sentidos, ya no eres la misma, la palabra madre es tan inmensa que Dios nos regaló a nosotras este privilegio de dar nuestro amor que el sol mismo se sonroja al ver a una madre irradiar tanto de sí misma. Hoy en este día doy gracias a mi Dios y Redentor, por este don extraordinario, de ser madre no sólo de dos hermosos niños, sino también de cada estudiante que me llama mamá, aún aquellos que ya se graduaron y hoy día son padres y madres, no habrán palabras para agradecer a mi Creador por ver a esta mortal y hacerla eterna en Su amor dándome la oportunidad de dar, amar, vivir, sentir...estar.
domingo, 13 de mayo de 2018
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