Empezando el día
Una de las cosas más difíciles que he tenido que lograr es crearme una rutina, y teniendo dos niños pequeños es más difícil todavía. Una de las cosas que debe tener prioridad en nuestras vidas es leer la palabra de Dios para recibir nuestro "lepe", "coquito" o "cachetada" diaria y espabilar bien los ojos y oídos espirituales para así evitarnos tantos dolores de cabeza por las metidas de pata que tú y yo solemos tener por hacer las cosas según nuestro criterio y no bajo el criterio de Dios y su palabra que nos guían a todo bien. De seguro te ha pasado que a veces has reaccionado en situaciones de maneras en las que si te pones a pensar dices: "No debí haber hecho esto o aquello", pues abortas los planes de Dios por emociones o decisiones que tomas según tu criterio sin indagar qué dice Dios.
Así que me he propuesto día a día leer un capítulo, y no creas que es fácil, es difícil porque a veces no tengo ganas de nada, me siento en ocasiones desanimada, pero es allí cuando más Dios ha obrado en mi corazón con su palabra, allí es cuando Dios más me ha impulsado a través de los mensajes que están en la Escritura.
Hace días me sentía molesta con una persona que se había portado mal, no entendía por qué estaba siendo mala amiga, no entendía su hipocresía, no entendía por qué reaccionaba como lo estaba haciendo, tratando de buscar una explicación a su comportamiento, hasta que recordé que ella era así cuando las otras personas no eran y no hacían las cosas a la manera de ella, añadido a eso me enteré por un amigo que ella rendía culto a "la santa muerte" así le dicen a un ídolo que es un esqueleto, cosa que yo no sabía, pues ella era católica, pero ella adoraba a ese dios y al parecer era mi "amiga", pero le molestaba mi fe, es extraño que teniendo esa creencia nunca lo ha revelado abiertamente, en fin, allí entendí por qué le caía mal y nunca me lo había dicho y agradecí a Dios cuando por su propia cuenta se alejó de mí, yo ya estaba notando algunas cosas pero no soy persona de ponerme a pelear con mis amistades.
Ahora cuando una persona llega a mi vida oro por esa persona y le pido a Dios que si esa persona no me va a edificar y si yo no voy a edificarle que le aleje, leo su palabra y allí me va guiando en muchos sentidos para las decisiones y la sabiduría que necesito en mi día a día.
Liliana Lizcano.
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