En cada lección

 En cada lección

   La vida nos sorprende con tantas lecciones, algunas agradables, otras muy amargas de las que desearíamos no haber entrado jamás a esa "clase", pero ciertamente cada lección de vida nos ha hecho ser quienes somos hoy y la forma en la que hemos asimilado esas lecciones es lo que ha hecho que seamos mejores o peores en las diferentes áreas de nuestras vidas.  

   Por ejemplo, aquella mujer o aquel hombre que tuvo una infancia gris y que sus padres no le amaron, pero luego tuvo hijos y sembró en ellos heridas profundas, no aprendió absolutamente nada, sino que se convirtió en todo aquello que tanto criticaba de sus padres.  Aquella persona que no buscó esas heridas enormes que alguien le causó, pero que ahora se ha vuelto una persona desconfiada pensando que toda la gente es mala, se encerró en su dolor, así que se dejó ganar de aquel que tanto daño le hizo, y así podemos buscar cientos de ejemplos, ahora enfoquémonos en nosotros, estudiemos con atención aquellas cosas que nos molestan, que nos duelen, tomando en cuenta si es una prueba, un proceso o una consecuencia, las tres cosas son diferentes, por lo general las consecuencias nos traen lecciones muy amargas, producto de nuestra desobediencia para con Dios, los procesos son las situaciones en las que Dios nos coloca para sacar lo mejor de nuestro carácter, y la prueba es cuando el enemigo está constantemente metiendo la zancadilla para que caigas y mofarse de ti, para que reniegues de ti mismo incluso, para que pierdas la fe y la confianza en Dios.  ¿Reconoces en tu vida cuando la lección es un proceso, una prueba o una consecuencia?.  Déjame tu comentario.  

   Liliana Lizcano.